19 febrero 2012

... Tengo un sueño ….



… sueño con un baile de heridas
cada cuerpo que se mueve es una abertura un espacio
es carne viva, una entrada al dolor o un recuerdo.
De repente dos de las heridas se detienen
se convierten en cicatriz y se sientan a descansar.

Mis dos abuelos, que nunca se conocieron
-por vivir muy lejos uno del otro, en tiempo y espacio-
siempre quedaban perplejos frente al océano.

Al abuelo de piel canela, descendiente de Mochicas
con su pizca inevitable de Español,
que vivía más al norte -por así decirlo-
desde joven le gustaba sacar caracoles y lapas de la orilla rocosa,
los comía con un chorro de limón mirando las olas del Pacífico
mientras pensaba inventar algo único
que sería un buen negocio para mantener a la familia.

Al abuelo de piel blanca, con su toque de oliva
descendiente de italianos, alemanes y españoles,
que vivía más al sur –digámoslo así-
desde joven gustaba de inhalar bocanadas de “aromar” del Atlántico
así llamaba a la brisa por ser poeta simbolista de aquellos tiempos
inventando palabras para sus futuros libros
siempre añorando tener una familia.

Ambos coleccionaban cosas.
Mi abuelo del Pacífico, clavos en frascos de vidrio, botones de metal
creó pomadas secretas para las arrugas y hasta dicen que inventó la lejía.
Mi abuelo del Atlántico, relojes de arena, monedas de dos caras
y escribía poemas a las frutas, los santos y las muchachas.
Ambos querían viajar y visitar lugares exóticos, pero nunca lo hicieron.

En una ciudad llena de cúpulas doradas, libélulas y papalotes,
sentados los abuelos, en su café favorito, por fin conversan.

“Galileo Galilei, el mensajero de las estrellas, me ha dicho en sueños”
dice uno de los abuelos “Ahora se suficiente sobre rituales
para entender que hay que rendirse ante al tiempo cósmico”

“Ventana!” Grita el otro abuelo y se levantan de golpe a mirar
algo que sucede en una ventana a lo lejos.
Llega volando un hombre elegante
vestido de negro con enormes alas blancas,
entra a una habitación dorada en donde hay una cama de luz
en la que yace una bellísima mujer que duerme placenteramente.
“Es Psyque” dice uno de los abuelos “Sí” afirma el otro
“y Cupido, que está locamente enamorado de ella
usa su magia para pasar desapercibido e infiltrarse en su recámara…”
“La raptará y llevará hasta un palacio de sirvientes invisibles”
y los dos al unísono “Mmmhhhhh”
“Durante el día ella estará sola” agrega uno de ellos
“pero al llegar la noche” dice el otro “Cupido la visitará
y le hará el amor hasta el amanecer”
Ambos se sientan en mecedoras que acaban de aparecer.

Mientras se mecen, uno de ellos piensa “Esto parece un sueño”
“Pero quizá no es nuestro sueño” replica con el pensamiento el otro
“Parece el sueño de alguien más” piensan los dos.

Se miran a los ojos tratando de reconocerse.
Uno de ellos preocupado dice “Confieso que mi cuerpo entero
padece de una antigua enfermedad violeta”
a lo que el otro agrega “Yo confieso necesitar de un Dios
para poder quejarme de todo, para contradecirlo,
retarlo y después dejar de creer en él”.

Sonríen brevemente y continúan
“Una vez me rompí el hueso de un dedo de la mano izquierda
y no me di cuenta sino hasta el día siguiente”
el otro le responde
“Yo soy incapaz de leer hasta el final las novelas”

Los abuelos empiezan a sospechar que son suficientes confesiones
y en un gesto inusual -de ambas partes-
se abrazan por primera y última vez

“Hoy alguien dirá que me has robado el sueño”
dice uno de ellos “Serás tu el ladrón” dice el otro
“Bla bla bla” le responde
ambos sonríen y se sientan en la orilla de un acantilado
que no estaba allí hace un segundo.
Las olas se transforman en hojas y las hojas
en plumas y las plumas en nudos y los nudos
en ganchos de ropa que no quieren dejar escapar las ideas del jardín…

Descubro dos cicatrices en el envés de mi mano izquierda
nunca antes las había visto, las toco con mi mano derecha y se mueven
me asusto y despierto
sin recordar mi sueño.


© Adrián, Feb. 2012
(Sueño posible gracias a las influencias de Borges, Inmaculada Luna, Elena Poniatowska, Neruda, Cortazar, Capote, Eielson, Kerouac y una pintura de Erika Meriaux)

31 enero 2012

¿Qué es Poesía?



Existe un pequeño pueblo sin asfalto, junto al mar,
con siete faros y tres acantilados,
sus pobladores no conocen la nieve
pero distinguen el ruido de cada una de las hojas
que cae en el parque central
porque ellas tienen un nombre
y son recogidas y guardadas cuidadosamente
en pequeñas urnas transparentes
y colocadas en la biblioteca de hojas de la calle principal
donde cicatrizan sus heridas y
se estudian sus nervaduras con vehemencia.
Cualquier poblador o visitante extranjero
puede entrar y leerlas e inclusive tocarlas.
El bibliotecario de hojas muertas
recomendará a los visitantes
cerrar los ojos y deslizar con sumo cuidado
las yemas de los dedos índice y pulgar
apretando casi sin apretar
para poder sentir la acumulación de imágenes
que cada hoja guarda en su cuerpo.
Siempre hay incrédulos que dan media vuelta
y se pierden la experiencia
hay algunos visitantes que salen corriendo
después de haber visto imágenes inexplicables,
pero hay quienes disfrutan hasta las lágrimas.
Así que…
En un pequeño pueblo junto al mar
lleno de faros y con las calles sin asfaltar
las hojas muertas saben contar historias.




imagen y poema
© Adrian, 1:31am, 31 Enero

22 enero 2012

Porquededondequecuando



¿Qué hacer cuando una pregunta no tiene respuesta?
¿Cómo burlarse del espejo sin burlarte de ti?
¿Cuántas veces hay que tocar la puerta para que se abra?
¿De dónde viene el aroma del silencio?
¿Tiene aroma?
¿Cómo limpiar el polvo de estrellas?
¿Qué ruido hacen las nubes al rosarse?
¿De qué color es el vestido de la muerte?
¿Qué hacer cuando una pregunta tiene demasiadas respuestas?





©imagen/texto por adrian

19 enero 2012

Se trata de sonidos...



Después de que mi madre murió
creo que puedo hacer música con cualquier objeto
atravesar las puertas sin abrirlas
y hasta comer el pan sin que el pan exista.

No es cosa de luto o calamidad
se trata de sonidos, por ejemplo,
el de la nieve detenida en los árboles
parece que no suena
pero hay que acercarse y pegar la oreja al tronco.

Los pájaros cuando duermen
sueñan que hablan y dicen cosas raras
y al despertar no entienden “ni pio”
porque no pueden aceptar que eso es posible.

Es como si el aire se hubiera alimentado del aliento
de las cosas inanimadas y de repente todo suena
cada vez que empuño el lapicero en la libreta
cada vez que aprieto las teclas o hago un silencio, todo cuenta.

Pensé que seria buena idea seguir los últimos deseos de mi madre,
las cenizas esparcidas en Castelar sonarían como las hojas
cayendo del limonero de su infancia
ese que ya no existe pero estuvo allí, tengo testigos.

Sería como reconstruir el árbol derribado
como apagar el fuego que quemó su cuerpo
como extraer el monstruo que habitó sus entrañas
como apagar las velas de un cumpleaños que faltó celebrar.

Es como si el aire se hubiera apoderado de mis esfuerzos
y escribo congelado y feliz de saber que no hay medida para la vida
sólo para el sonido que la vida expele cada vez que dice Ding dong
y respondemos clunk clank…


© imagen María López, texto Adrian, primeras horas de enero19

07 enero 2012

A veces ángel a veces árbol



A veces mi árbol sale a volar
y se topa con pájaros nocturnos que lo miran raro
como si fuera un ser extraviado, pero mi árbol
conoce la ruta para visitar aquella Cumulonimbus
de la cual estuvo enamorado una vez, y se adentra en su cuerpo
imaginando que es helado de vainilla.
A mi árbol y le gusta jugar a las escondidas
con los albatros trasnochadores
y visitar de sorpresa la isla en medio del lago
y la luna en medio del cielo.
El poder de mi árbol está en su corteza
donde lleva escrita las iniciales de los enamorados
que hirieron su cuerpo con el sólo propósito de no olvidar un beso.
A mi árbol le gusta despeinarse en pleno vuelo
y abrir sus ramas de ángel para saludar a los caballos salvajes
las ranas, vicuñas, dragones y unicornios que habitan la madrugada.
Una vez se le trepó una ardilla y le hizo cosquillas
mi árbol muerto de risa aterrizo en mi patio y me pidió ayuda
así fue como lo conocí
así fue como se quedó a vivir en el jardín de enfrente
y aunque de día se disfraza de árbol tímido y llorón
de noche sale a volar por el mundo
a repartir calabrinas y sutercaplias
cosas que inventa en su vuelo mientras nos mira a lo lejos
sabiendo lo que es volar de verdad.

© imagen y texto de Adrián
(siete de enero del dosmildoce)

05 enero 2012

LA NUEVA MÁQUINA DEL TIEMPO



Un niño viaja en el tiempo a través de las gotas de lluvia que caen en su rostro. No sabe con precisión cuando fue la primera vez que lo hizo y es difícil aceptar el hecho de estar en diferentes lugares con el sólo toque del líquido elemento que emana del cielo. De pronto está aquí y al minuto siguiente en un lugar distinto. El ahora se imagina un ser del futuro, pero es probable que provenga de muy atrás en el tiempo; suele asombrarse con cada nuevo paisaje que ve, cada persona que conoce, cada experiencia que vive. Probablemente un día hace miles de años, mientras se guarecía de una tormenta, recibió un gota de lluvia en su frente, la cual le hizo cerrar los ojos y viajar sin freno hasta el más lejano rincón del futuro; un universo poblado de extrañas maquinarias y seres espeluznantes, aunque dicho adjetivo ni siquiera existiera en aquel tiempo. Posee un recuerdo que le asombra. El cree haber estado en un futuro en donde el agua creaba paredes y techos, donde la gente vivía; allí (en las paredes) se guardaba toda la información del pasado (y quizá también del futuro) fluyendo en forma líquida y convirtiéndose en imágenes al tacto. Después de visitar las casas de agua, viajó siglos atrás, a un lugar de aroma vegetal. Recuerda haber acariciado los árboles y sentido cómo sus huellas digitales se mezclaban con las nervaduras del árbol, pudiendo viajar más profundamente, hasta los intrincados rincones de la planta. Se vislumbra caminando todo el día por un “sendero de jardines que se bifurcan” perdiéndose sin perderse, encontrándose a sí mismo en cada curva. Al anochecer, recuerda haber entrado a una casa iluminada por velas y ser testigo de una pelea verbal entre dos personas que no sabe quiénes son, y en un idioma que definitivamente no conoce. Aquellos seres no se percataron de su presencia, el niño se escabulló por una ventana ovalada hasta el techo; allí decidió descansar sentándose en el borde, y observó los grandes árboles de un tiempo en donde no había postes de luz o aviones circulando el cielo. La luna llena iluminaba el campo, y de repente el cielo tembló, y las primeras gotas fueron a parar en su rostro, así continuó sus periplos. A pesar de su enorme cuantía de viajes en el tiempo, este niño parece no tener el “tiempo” suficiente de adaptarse o aprender en cada lugar los idiomas y costumbres, sólo se dedica a observar los detalles del momento y a coleccionarlos en desorden en su mente. Por eso hoy, sentado en otro borde, en el edificio más alto imaginable que el ser humano puede construir, mira hacia arriba y el cielo despejado no promete lluvias en varios días, mira hacia abajo y se pregunta quién es él realmente. ¿Un visitante? ¿un pretexto para explicar la existencia del tiempo en sí? ¿un eco de alguien que sólo lo está imaginando? ¿un instrumento de calculo o una forma de medir las distancias y las diferencias?. En ese instante uno de sus bolsillos tiembla, allí guarda un pequeño frasco de vidrio azul, en donde hay una colección mixta de diferentes gotas de lluvia coleccionadas en cada uno de sus viajes, gotas que se mantienen absolutamente separadas una de otra, ya que pertenecen a diferentes tiempos y espacios, y cuya mezcla es tan inverosímil como la del agua y el aceite. Mete la mano a su bolsillo, extrae el frasco, desenrosca la tapa que es a la vez un gotero y al azar succiona una gota, la cual se coloca en el centro de la frente al mismo tiempo que se lanza al vacío desde el rascacielos. Su caída es mínima, ya que al instante siguiente yace en la orilla de una playa de arena blanca y vegetación exótica, las olas llegan con calma; a lo lejos se distingue una embarcación de grandes velas. El no quiere suponer nada, sólo esperará a que los extranjeros lleguen, quizá se trate de una travesía pacífica en busca de nuevos horizontes, o quizá lo atrapen y le quiten el frasco y no sepan qué hacer con él, quizá las gotas caigan esparcidas por las frentes de todos los tripulantes, los que terminarán en diferentes lugares del tiempo y la historia, influenciando así su curso. Tanto pasa por su cabeza que decide esconderse y esperar, pero se queda dormido y jamás despierta, quizá porque ya le tocaba dormir el sueño largo; pero vale ratificar que esto no es un sueño, esto es tan real como las líneas de la mano que todos poseemos. Tal vez se quedó dormido porque no se dio cuenta que usó la última gota y ya no hay más viajes que hacer, quizá lo hace para despistar a quien escribe sobre él, ya que no se puede develar su secreto, que seguirá siendo el mejor guardado entre los viajeros del tiempo, quizá.

© Imagen y texto por Adrián
(primeros días del dos-mil-doce)

19 diciembre 2011

((36))



(confesiones de mi madre)

(1) Nací el mismo día que mi madre, de padre poeta, en el puerto de Buenos Aires, con un tango sonando a la distancia.
(2) De niña fui zurda pero las monjas de mi escuela golpearon mi mano izquierda para que escribiera con la derecha.
(3) Mi abuela favorita: María Emilia del Rosario del Sagrado Corazón de Jesús.
(4) Mi postre favorito: de niña, helado de chocolate en Palermo; de grande “pie de limón”, recuerdo que una vez hicimos uno juntos en Chimbote.
(5) De niña me gustaba esconderme debajo de la mesa del comedor para escuchar las conversaciones de los adultos que hablaban todo el tiempo de la segunda gran Guerra en Europa, mientras yo jugaba al doctor con mis muñecos.
(6) Un día vi a mi padre desnudo y fui corriendo a verificar si mis muñecos también tenían sexo, fiasco total.
(7) A los 15 usaba tacones y me pintaba los labios para entrar a los bares con mi amiga mayor.
(8) De adolescente, jugaba con mis muñecas mientras esperaba a mi novio.
(9) Mi primera cicatriz …. mmmhhhh … accidente en mi moto Vespa Chillera color concho de vino.
(10) Mi tía favorita: Sila, ella me hizo escuchar “El Pájaro de Fuego” de Stravinsky, y eso cambió mi vida.
(11) Mi piedra favorita, Turqueza, aunque siempre quise llamarme Ambar.
(12) Mi personaje inventado: “Flippy Popperland”, no recuerdo como apareció, sólo vino a mi mente y me liberó.
(… Recuerdo que de niño me enseñaste que dios es un invento y que nunca hay que escribir su nombre con mayúscula porque no existe.)
(13) Lo mejor que hice, o quizá mi mayor error, le entregué mi amor a un solo hombre.
(14) Mis tesoros, dos hijas, dos hijos y una nieta
(15) Siempre me gustó cocinarles milanesas, ensalada rusa, lomo Strogonoff, ají de gallina, arroz con pollo, lomo saltado y un buen pavo en navidades …
(16) Ya sabes que aunque siempre fui atea, me encanta celebrar navidad y hacer muchos regalitos.
(17) Mi color es Azul, mi aroma, lavanda.
(18) Las Islas…. Seres solitarios en medio del mar… Si mi amor, una vez quise morir, pero fue hace mucho tiempo y era demasiado joven.
(19) En mi época de Hippie le heredé a tu abuela mi trabajo de madre. En 1970 crucé el Golden Gate Bridge y compré una postal del puente y te la envié a Lima, junto a un tocadiscos y algunos 45 rpm de los Beatles.
(20) Mi Beatle favorito siempre fue George … “Here comes the sun”.
(21) Siempre cambié mi número favorito según lo que pasaba con las fechas …. 7 ….. 11 ….. 23 …… 26 ……
(22) Mis cantantes, Serrat y Mercedes Sosa … ¿Te acuerdas que te llevé a verlos al “Campo de Marte”?
(23) Recuerdo que me enseñaste tu primer poema cuando tenías 15, pero no recuerdo que te dije … (tu me enseñaste a escribir ese poema)
(24) Mi canción: “Summertime” cantada por Ella Fitzgerald y también la versión de Janis Joplin. (Ahora veo porque eres mi madre)
(25) Una vez un hombre en California me quiso seducir regalándome discos de Armando Manzanero, fue en la época en la que el hombre pisó la luna.
(26) Mi planeta y mi sinfonía favorita son la misma cosa: Júpiter. Además, siempre he creído que puede haber vida en uno de los satélites de Júpiter.
(27) Mis animales, ya sabes Gatos y Unicornios.
(28) Si hablamos de vinos, Malbec, si hablamos de películas, “Un Tranvía llamado deseo”.
(29) Mi actor, Sean Connery, mi actriz, Greta Garbo.
(30) Café con leche va con un Croissant, café negro con un cigarrillo.
(31) Mi recuerdo favorito: Esperar en la ventana de casa de Castelar, Buenos Aires, cada día a las 5pm en punto, a que llegara mi padre con el regalo del día. El entraba a la casa y yo me lanzaba a sus brazos. (… Me enseñaste el valor de los abrazos, “pueden ser curativos” decías).
(32) Recuerdo trágico: Vi a mi padre caerse al suelo, tenía un ataque cardiaco, corrí veinte cuadras para buscar al medico de la familia, pero fue demasiado tarde.
(33) Recuerdo que en el 68, viviendo en el Greenwich Village de New York, me crucé varias veces con Barry White y nos saludabamos, era un tipo amable.
(34) ¿Recuerdas aquella vez que fui a visitarte cuando vivías solo en Lima en el 79?. Te invité a una peña y traté de buscarte una novia que era bailarina de festejo.
(35) Y en San Francisco (mi ciudad favorita) me gustaba silbar “Sitting on the dock of the Bay…wasting time”.
(36) Hoy quiero mostrarte las 36 grapas con las que han cosido mi vientre. Estoy hecha un desastre, pero tengo buenas historias que contarte …
(… El día antes de morir me preguntaste “Hijo, ¿que hago aquí tirada?”, sólo atiné a darte masaje en los pies y luego corté las uñas de tus manos por última vez, pero no pude guardarlas, las dejé una por una, en cada aeropuerto que pisé regresando a casa, porque un día me dijiste “Al morirnos, vamos recorriendo todos los lugares en donde hemos dejado nuestras uñas”. Tu ultima uña, la dejé en mi jardín).


© Adrian, entre Madrid, Abril 2010 y Mendocino, Diciembre 2011.

14 diciembre 2011

(((35)))



“Parece que puedo tocar la luz como si fuera un cuerpo
un manto, una pajarita de papel, un árbol”
La Luz, ese origami infinito, que se va por las ramas del espacio
afectando los sentidos, alumbrando los objetos que vamos a tocar
Lux-Lumen-Lucis-Lumina creadora de sombras y sueños.
Parece que por fin hemos abierto la ventana
y el aire fresco de un descubrimiento eriza nuestra piel.

“Dicen que podría haber vida en un planeta que está a 600 años luz de nosotros”
murmura la gente en el tren
“Si está tan lejos ¿cómo vamos a saber si eso es cierto? comenta un incrédulo
“Además le han puesto uno de esos nombres raros
de película de ciencia ficción, Kepler-22b”
dicen un par de jóvenes que empiezan a googlear el asunto en sus teléfonos.
“Kepler fue el primer astrónomo del siglo diecisiete
que descubrió las leyes que mueven los planetas” dice un estudiante,
todos se quedan callados, algunos sonríen
el tren se detiene en la siguiente estación, muchos se bajan allí
los celulares suenan y por un buen rato la gente se olvida del tema.

“¿Abuela crees que hay vida en otros planetas?”
“Mira hacia arriba ¿ves las estrellas?
lo que vemos es tan sólo su luz, que viene de muy lejos y
salió hace tanto tiempo que es posible que al llegar a nuestros ojos
la estrella ya esté muerta, pero vemos su luz…”
Siempre me cautivó y deprimió la idea de ver algo tan bello
que quizá ya no existe, como si fuera una un espejismo de agua en el desierto
Lux-Lumen-Lucis-Lumina eres la alfombra voladora de mis sueños.

“No creo que haya más vida en el universo que nosotros mismos”
replica un hombre con la exacta mezcla de escepticismo y arrogancia
que mete las manos en los bolsillos para que nadie le vea cruzar los dedos.
Una niña que aún no sabe cuantos planetas hay en nuestro sistema solar
se imagina jugando con niñas de otros planetas
enseñándoles ese trabalenguas dificilísimo de los tres tristes tigres.

“Paren el tiempo … creo que esto se puede arreglar”
piensa una mujer que sube al tren como si estuviera trepándose
a una máquina tele-transportadora.
De una u otra forma, todos nos dejamos llevar
por la mecánica celeste que gobierna los cuerpos
y nuestra química personal
-que nos infiere valor para superar el dolor de muelas-
nos ayuda a distinguir sin miedo, la presencia de otros ojos,
otras bocas, otras forma de abrazo esperando allá
en la Lux-Lumen-Lucis-Lumina del universo
que vive en los espejos…



© Adrián, 3:33am
gracias Jamille, por los ojos,
gracias planeta llamado Kepler-22b, donde quiera que estés.

06 diciembre 2011

((((34))))



Longevidad
palabra circular, algo dura y a la vez volátil,
situada entre las ramas de la elocuencia
y los albores de la cafeína,

palabra esculpida con el recuerdo de importantes confesiones
que parecen no tener sentido en este instante
alimentada con una buena cantidad de besos inolvidables
que ahora son difíciles de recordar…

palabra que vive entre la piel quebrada por los relojes de arena
y las rodillas que ejercieron su poder de bisagra
a la hora del amor

pero esta noche hace frío
y la palabra "longevidad" se atraganta con las líneas de su propia mano
preguntándose ¿cuanto tiempo más? …

Y sus ojos transparentes se quedan mirando
la gotera del techo que cae silenciosa sobre la piel
heredando el perdón de los abrazos y
confundiendo el cálculo de los Escribas.

Fugacidad
palabra lineal, algo blanda y a la vez pesada,
diseñada para huir pero con las ganas de quedarse
a vivir para siempre en las ramas de la impertinencia

palabra sin herencia ni remordimiento
que parece alimentarse de precipicios y trabalenguas
sabiduría de cometa, beso apasionado que juramos nunca olvidar
amasijo de lenguas y manos que no se cansan de volver a empezar

palabra que vive entre la sonrisa casual de dos desconocidos
y la cadena perpetua de siete segundos de éxtasis
a la hora del amor

pero esta noche hace frío
y la palabra “fugacidad” se atraganta con las líneas de una mano ajena
preguntándose ¿ya me toca partir?

Y sus dientes mastican la corteza de un árbol azul
la sangre vuelve a su sitio, la serenidad se expande
heredando el perdón de los abrazos y
confundiendo el cálculo de los Escribas.



© Adrian, image and poem, 2011
gracias a mi modelo Jamille Gris

11 noviembre 2011

(((((((((((((((((((((((((((((((((33)))))))))))))))))))))))))))))))))



Quisiera callarme la boca pero en cambio
me miro al espejo y descubro que estoy gritando al vacío
mi mente ha ocupado mi cuerpo y no le cuenta nada…

Esta vida es un poco complicada para poder decirle al mundo
que no importa quien fue el primero en lanzar la piedra
que finalmente rompió el silencio de las pirámides invertidas
siempre se necesita un culpable así que (play)
no te escondas en la sombra que allí es donde primero buscan…

Quiero helado de chocolate humo alcohol y una sobredosis de carne roja…
(pause) creo que hay demasiadas toxinas involucradas en un solo verso
¿qué tal una buena bocanada de aire fresco?
¿qué tal el abrazo de alguien que no conoces?…

No te engañes, no te sigas engañando
tu bien sabes que eres igual a todos aquellos
que se miran al espejo y se quedan callados en su tela de araña
en su luto adelantado en su caverna a control remoto (fast-forward)
sin mover un dedo, con la boca resecándose tan cerca del agua…

Y el mundo se abre como un a flor
se pela como una naranja, se quiebra como un huevo …

Oh querida mente mía, qué te puedo decir (stop)
los sueños están allí para que te abrigues con ellos
y por si acaso te recuerdo que la gente ya está tomando las plazas
las calles las playas los mares las montañas
y hay señales de humo que empiezan a contar la historia
sólo debes tener cuidado y no quemarte
prende una vela de vez en cuando
no tienes que creer en nada (rewind)
sólo ahorrarte un grito y dejar de temerle a tu propio silencio…

Ahora parece que mi cuerpo ha ocupado mi mente
y se la lleva de paseo por el mundo (frame by frame)
para que vuelva a aprender como hay miles de dudas que compartir
al calor de una tienda de campaña
al abrazo de un poema.



Adrian, 11-11-11
imagen, © Mujer Frontera/Tania F. by Adrian

03 noviembre 2011

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(Occupy Dia de los Muertos)

Hoy las calaveras ocuparon la ciudad
se apoderaron de miles de rostros
y salieron a pasear su risa en cara ajena.

He visto a mi abuela Elena en el cuerpo de un muchacho
que tocaba el tambor sin parar,
he visto a María, mi madre,
en el cuerpo de una niña que bailaba con los brazos abiertos.

(((una caracola cae___l_e_n_t_a_m_e_n_t_e___dentro de mi cuerpo)))

Hoy día los cuerpos han olvidado el miedo
hoy los huesos son la mejor arma
para ocupar la piel que nos encierra.

He visto a mis dos abuelos, Carlos María y Fernando,
que nunca se conocieron en vida,
andaban abrazados por las calles medio borrachos
regalando Zempasuchiles* a cada mujer con el rostro pintado de calavera
que encontraban a su paso,
y he visto a mi tía Luz
era la niña emplumada en el furor de la Danza Azteca.

(((ahora mi cuerpo cae___l_e_n_t_a_m_e_n_t_e___dentro de una caracola)))

Hoy día los cuerpos han olvidado sus dolores
y los huesos han ocupado su sitio en el Barrio.

He visto a mi tía Ilda pintando flores en los rostros de los niños.
Finalmente he visto a mi abuela María
me miró fijamente con su rostro terso de bebé
me extendió la mano así …
y me sonrió mientras decía algo en idioma de bebé
que seguro significaba “bye bye”

(((ahora mi cuerpo por fin ocupa mi cuerpo)))






* Zempasuchiles: Flores de intenso color anaranjado, llamada “Flor de muerto”, y usada en la celebración del Día de los muertos.

© Foto por Adrian, Gracias Jamille
AA madrugada del 2-3 Nov. 2011