A veces le llamamos eclipse
a veces maldición milagro o buena suerte
a veces queremos que sea el fin del mundo
a veces sólo una forma de quedarnos ciegos
o de hacernos fuertes.
Cuando era niño, jugando canicas en el patio de la escuela,
llegó mi primer eclipse
en medio de mi mejor jugada todo se oscureció
el cielo las miradas las posibilidades de ganar
me dijeron que no mire al sol directamente
pero lo hice, mis ojos se cegaron
con un inexplicable dolor de cabeza y perdí.
El brillo apareció en mis sueños durante varias noches
esa luz me empujaba en el aire y me hacía volar
por encima de la ciudad, el bosque y el mar.
Así visité un lugar del que no puedo hablar mucho
no porque sea un secreto sino que
no hay una forma coherente de explicarlo.
Recuerdo que un día, muchos años después,
esperando un autobús de madrugada en una calle desierta
sentí la punta de un cuchillo en mi espalda
mi cuerpo se eclipsó, de repente perdí el miedo
y hablé con aquel hombre en un idioma extraño
nada me podía pasar en ese momento
era de piedra, indestructible y a la vez
liviano, casi transparente.
Me defendí con palabras escogidas cuidadosamente,
aquel entendió que yo sólo era un estudiante
con "un sol" en el bolsillo y se marchó molesto,
cuando llegué a casa dormí por dos días.
Al despertar me di cuenta que había perdido mi clase de
lógica
me reí de mi mismo y salí por las calles a caminar, sin
miedo.
Desde entonces, empecé a tararear algo en voz baja
ahora siempre estoy haciéndolo, no se que canto
aunque eventualmente creo reconocer la melodía.
No sabemos mucho del sol o de la luna
excepto que uno
es al que le damos vuelta siempre
y la otra nos da vuelta cada día.
Es tan raro pensar que se juntan, como si el cielo fuera de
papel
como si jugáramos a hacer un collage.
A veces le llamamos eclipse
a veces ganas de salir corriendo o de atrevernos a hacerlo
a veces queremos que sea el principio de algo nuevo
a veces sólo una forma de abrir los ojos con alegría
o de llorar a escondidas.
©Adrián, 21 mayo 2012
me encanta, me quedó encantada, gracias sr. sol :)
ResponderEliminar-Amanda
No verlo, también es sentirlo. Girando eternamente en la memoria a priori simulando a posteriori. Gracias Adrián, distribuir inspiración es buen trabajo. J.
EliminarMuy Bueno
ResponderEliminarMiguel
Y qué decir de las idas y vueltas de mi amigo del alma cuando escribe...cuando piensa...cuando sueña y cree que es cierto, o cuando, siendo cierto, simula que la ficción lo está envolviendo. Y entre realidades y ficciones, en algún lugar de "su sol" se apoya "mi luna" y entre tanto bamboleo, al fin seguimos en pie creando versos.
ResponderEliminarTe quiero mucho.
bravo
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